Albedo 22


                                                  © Toni F.H  2012" Albedo 22" Acrylic&spray on canvas 40x30 cms 

[...] Ruland (1612) define la meditatio como sigue: «La palabra meditatio se usa cuando se mantiene un diálogo íntimo con alguien que, sin embargo, es invisible; como también, mediante invocación, con Dios, o consigo mismo o con sus ángeles buenos.» Este «diálogo íntimo» es algo bien conocido por los psicólogos: al fin y al cabo, es una parte esencial de la técnica para llegar a una explicación con el inconsciente . Pero la definición de Ruland prueba, por encima de toda duda, que cuando los alquimistas hablan de meditan no se refieren simplemente a una reflexión, sino más bien a un diálogo interior y, por tanto, a una relación viva con la voz respondiente del «otro» que hay dentro de nosotros, precisamente el inconsciente. Si, por tanto, se usa el concepto de la meditación en la expresión hermética antes mencionada: «Y como todas las cosas vienen del Uno, por medio de la meditación del Uno», posiblemente se haya de entender dicho concepto en este sentido alquimista de un diálogo creador, mediante el cual las cosas pasan de un estado potencial inconsciente a uno manifiesto. Así leemos en un tratado de Filaleteo : «Es maravilloso, sobre todo, que nuestra piedra, aunque ya acabada y capaz de poder comunicar una tintura perfecta, se vuelve a rebajar voluntariamente y meditará una nueva volatilidad, prescindiendo de toda manipulación .» Unas pocas líneas mas adelante comprendemos a qué se refiere con la palabra volatilidad, cuando dice: «Se licuará voluntariamenle... y por mandato de Dios, será dotada de espíritu que se elevará y se llevará consigo la piedra.» Por tanto, «meditar» significa de nuevo que esta vez, mediante un diálogo con Dios, llega todavía más espíritu a la piedra, es decir que esta se espiritualiza, volatiliza o sublima todavía más. Khunrath escribe de forma similar: «Estudia, medita, suda, trabaja, cuece... todo esto. Así se te abrirá un flujo salvador, que brota del corazón del hijo del Gran Mundo», un agua «que el hijo del Gran Mundo nos da, y que mana de su cuerpo y de su corazón como una verdadera Aqua Vitae...»[...]C.G.Jung

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