Nigredo 19


                                                   © Toni F.H  2012 "Nigredo 19" Acrylic on canvas 70x50 cms

[...] A su vez dice Eliphas Levi: “Un iniciado  que posea completa  lucidez  puede  dirigir y comunicar a  voluntad las  vibraciones magnéticas en  la masa de la luz astral… En el momento de la  concepción se transforma en  luz humana, que  se reviste el alma como de primer envoltorio y, combinada con los más sutiles  flúidos,  forma el cuerpo etéreo o fantasma sideral, que ya no se desprende por completo del cuerpo de  carne hasta el  momento de la muerte.” El  gran  secreto del  adepto  mágico consiste en proyectar este cuerpo etéreo a cualquier distancia y condensar en él oleadas del mismo flúido que lo constituye, a fin de hacerlo visible y  tangible. La magia teúrgica es la más acabada  expresión de la psicología oculta. Los  científicos la desdeñan como alucinación de  cerebros calenturientos o la  denigran  con el  estigma de charlatanería; pero nosotros les negamos el derecho de juzgar un asunto que jamás investigaron.  Tanto  valiera reconocerle a un indígena de  las islas  Fiji el  derecho de criticar las obras de Agassiz o Faraday. Todo lo más que pueden hacer los científicos es enmendar hoy su tarea de ayer. Tres mil años  atrás, antes de la época de Pitágoras afirmaban los filósofos que la luz era materia ponderable y al propio tiempo fuerza. La teoría corpuscular fué desechada a causa de los  errores en  que  incurriera  Newton al exponerla, pero en cambio aceptó el mundo  científico la teoría de  las ondulaciones lumínicas. Sin embargo, ahora se sorprenden los físicos al ver que Crookes pesa la luz en su radiómetro. Los pitagóricos sostenían, contrariamente a los modernos científicos, que la luz es un  agente  que no dimana  directamente del sol ni  de las estrellas. Lo mismo puede  decirse respecto de la ley de  gravedad. De acuerdo  con las  enseñanzas pitagóricas, sostenía Platón que la gravedad no era tan  sólo la atracción magnética de las masas  menores  por las mayores,  sino también  la atracción de  los cuerpos semejantes y la repulsión de los contrarios[...] H.P.Blavatsky

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